Mujer de Dios
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Proverbios 31:10
Antiguamente los derechos de las
mujeres se reducían a ser esposas y madres. Obviamente esos derechos escritos
cabían en un boleto de micro, versus el derecho de los hombres que se
desplegaban en un documento bastante amplio. En algunas culturas la mujer es
peor tratada, como en la cultura musulmana, donde simplemente es tratada como una
esclava, sin derecho alguno. O en la cultura Hindú donde se le da muerte a las
esposas al momento de quedar viudas (eso terribles derechos, en algunos países islámicos
o hindúes, está por sobre la de ser madre o esposa). En la cultura esquimal,
aparte de la poligamia, las esposas están obligadas a aceptar el intercambio de
parejas por conceptos religiosos.
Hoy son mucho más los derechos de la
mujer y con bastante justicia.
1-
Hoy
pueden votar
2-
Hoy
pueden trabajar
3-
Hoy
pueden reclamar
4-
Hoy
pueden conducir una nación
Sin embargo también podemos decir
que hay bastante injusticia en los pretendidos derechos actuales a las mujeres,
al querer igualar la condición de género de mujer con la del hombre.
Nunca la mujer, solo por serlo, ha
sido una categoría mas baja que la del hombre. Nunca el hombre, solo por serlo,
tiene una condición de superioridad por sobre la mujer. Pero debe quedar claro
que NUNCA LA MUJER PODRÁ SER COMO EL HOMBRE, ASÍ COMO EL HOMBRE NUNCA PODRÁ
IGUALAR A MUJER ALGUNA. Esto simplemente porque la mujer y el hombre son
distintos, PERO JUNTOS SON UN COMPLEMENTO, basado en la igualdad de derechos,
en géneros diferentes.
1-
Son un complemento cuando se unen en
matrimonio.
a-
No
solo a través del sexo, sino a través de un amor que va más allá de lo sexual.
b-
No
a través de una mera convivencia, pues solo se vive el matrimonio como una
institución de Dios, no como una casualidad que dura hasta cuando ambos se
cansan.
2- Son un complemento cuando tienen un proyecto de vida en común.
a-
“¿Andarán
dos juntos si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3)
b-
La
idea de igualarse a través de las diferencias de carácter, afinidades,
temperamentos, talentos, capacidades, al servicio de una vida en común,
complementándose, es lo que hace exitoso un matrimonio; eso los convierte en
“uno”, siendo dos.
3- Son un complemento solo cuando se es mujer y hombre.
a-
Hombre
con hombre, mujer con mujer, NO son un complemento natural.
b-
Hoy
se quiere romper esa regla, ajustar y modificar, pero carece de una potente
verdad que la misma naturaleza nos enseña: los hijos. La procreación no existe
en esta “falta de complemento”
c-
Se
pueden procrear hijos sin amor, pero el diseño de Dios en el matrimonio es de
dos QUE SE AMAN, SE COMPLEMENTAN, SE UNEN, TIENEN UN PROYECTO DE VIDA.
Hoy, movimientos feministas, quieren
llevar mas allá los derechos de la mujer ROMPIENDO EL COMPLEMENTO PERFECTO, por
una mujer hiper-emancipada.
1-
Mujeres
que prefieren el rol de trabajadoras al de madres, relegando a hijos a salas de
cuna (las que están en incremento)
2-
Mujeres
que prefieren la libertad sexual sin la responsabilidad maternal (nacen ideas
como el aborto, abandono de hijos, parejas múltiples sin remordimientos,
promiscuidad como un derecho)
3-
Mujeres
que prefieren “vida familiar” sin una familia estable (Sin marido, ni parejas
estable bajo su techo)
4-
Se
llega a lo ridículo: mujeres que exigen del hombre ser portadores del feto o
amamantadores de recién nacidos.
5-
No
tan solo buscan independencia económica, sino también independencia del hombre,
de los hijos, de las responsabilidades. Así como muchos hombres lo fueron y
abusaron de su rol, ellas quieren “el derecho” a lo mismo.
Ante este escenario, la institución
familiar, el núcleo de la sociedad, lo establecido por Dios, corre el peligro
de extinción. Nuevamente afirmamos que hay merecidos derechos logrados, pero
también hay “derechos” que atentan contra la misma esencia de la mujer, de la
familia y de los hijos.
¿Quién puede parar esto?
Obviamente las mismas mujeres.
Mujeres que amen ser mujeres, en diseño y en espíritu. Mujeres que amen la
familia. Mujeres que amen los hombres (padres, maridos, hijos) como tales.
Mujeres que amen el diseño y al diseñador de la familia. Mujeres de Dios.
Un consejo que debe estar siempre presente.
Tito 2:3-6 “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no
calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar
a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de
Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes
a que sean prudentes”
El consejo de Dios es claro. No es
disolver la familia tradicional, ni debilitarla, transformarla, renovarla. El
“renuevo” debe ser dentro de los formatos establecidos por Dios, abriéndole la
puerta a Jesucristo como el edificador del hogar. Si la familia no tiene a
Cristo, invitamos a las familias a renovarse solo en él.
Dios
les pide a las mujeres:
1- “Que sean reverentes en su porte”
a-
De
respeto a su edad.
b-
Con
la autoridad para ser respetadas.
c-
Malas
madres y esposas solo logran malos futuros para ellas y para los suyos (Proverbios
2:16-19)
2- “No calumniadoras”
a-
1
Timoteo 3:1
b-
Una
de las siete cosa que abomina Jehová es “La lengua mentirosa” (Proverbios 6:17)
c-
Así
como el hombre lucha con el pecado de la soberbia o la infidelidad, las mujeres
luchan con el chisme, la calumnia y desacreditar su mismo género.
3- “No dadas al vino”
a-
Una
buena mujer cristiana, aparte de no beber, no deja que beban en su hogar.
b-
Muchas
llegan ya casadas con hombres bebedores, pero una “reverente” mujer convertida
a Dios, NO PARTICIPA DEL ALCOHOL DE SU MARIDO, ni deja que sus hijos participen.
4- “Maestras del bien”
a-
Filipenses
4:8
b-
“Si
haces esto, el Dios de paz estará con vosotros”,.. Muchas esposas no gozan de
paz, aun siendo cristianas, porque arrastran consecuencias del pasado que no
han sabido resolver, llevando rencor, amargura, enseñándole (consiente o inconscientemente)
a los hijos a odiar a sus padres; u otras aceptan humillaciones, simplemente
para “llevar la fiesta en paz”, sin enfrentar ni denunciar los abusos, por
temor a verse “poco espiritual” en la iglesia.
5- “Que enseñen a las mujeres”
a-
Se
necesitan las “maestras del bien” y que enseñen a las nuevas generaciones de
mujeres a amar a quien debiera ser el hombre de sus vidas.
b-
Muchas
madres cometen el error de dejar que sus hijas busquen sus parejas en una
diversidad de novios, para poder elegir bien. Incluso las llevan al ginecólogo
para prepararlas para una eventual aventura sexual que no traiga consecuencias.
c-
Sin
embargo el mismo pasaje enseña sobre la “castidad” en la mujer. Castidad es
renunciar al placer sexual fuera de los márgenes bíblicos y morales (1 Corintios
6:18)
d-
¿Por
qué es esencial que la mujer sea casta? Porque los hombres llegan hasta donde
la mujer se lo permite.
6- “Que las jóvenes sean prudentes”
a-
No
es la prudencia lo que caracteriza a la juventud actual.
b-
Prudencia
es tener una reflexión o precaución para evitar posibles daños.
c-
No
hay prudencia en el embarazo juvenil. Los daños a si mismo, a la confianza de
los padres, a un bebé con madre inmadura, quizás aborto, niños abandonados o
regalados, o abuelas volviendo a ser madres sin ser su responsabilidad, son
alguno de los daños por esa falta de prudencia.
d-
No
hay prudencia en mujeres que no reconocen su papel de “esposa” o “ayuda idónea”
en el matrimonio. Cristo es la cabeza del hombre y este es el del hogar
(Efesios 5:23-24); es el diseño de la familia dado por Dios, pero cuando
mujeres jóvenes atienden a los consejos del mundo, llegando al matrimonio con
un espíritu de rebeldía, terminará dañando el matrimonio.
e-
No
hay prudencia en jovencitos que no tienen a Cristo como máxima autoridad. Son
un dolor de cabeza para futuras esposas e hijos desencantados por el “autoritarismo”
o dictaduras patriarcales que solo favorecen a ellos en desmedro de los suyos.
Si no tenemos mujeres de Dios,
temerosas de él, obedientes a su Palabra, difícilmente podrán cambiar los
tiempos actuales. Eso redundará en
tiempos peores. Más, con iglesias firmes y obedientes, rebosantes de mujeres de
Dios, dignas y merecedoras de tal titulo, por lo menos conseguiremos una
fortaleza espiritual y de moral, en un mundo que ha decidido abrazar la maldad.
Pastor Marcelo Valdés