Si nos ponemos a hilar por lo fino, no sé si sea absolutamente certera la afirmación que haces con respecto a: "si no hay sacrificios no hay bendición". Dios no es un jefe de empresa que paga a su empleado según lo que trabaje. Dios es distinto de los hombres, y viene a los hombres para enseñarles a vivir como en el Cielo. Allí en donde se ama sin medida. Si Él mismo que es el Amor, nos pide que amemos según lo que nosotros nos amamos, y no según lo que nos aman los demás. Entonces en esta lógica Dios jamás nos podría amar, o bendecir en este caso, según lo que nosotros le demos. Él ama por su propia voluntad, Él bendice a quien quiera. Y conociendo a este Dios tan sublime, tan extraño para el mundo, tan contrario a la racionalidad humana, tan hermosamente desconcertante, estoy segura que le da más a los que menos se lo merecen, porque son los que más necesitan. Y de ahí nace la justicia.
Cuando el apóstol Santiago se refiere a la fe en que es muerta sin obras, se refiere a que la fe se manifiesta con las obras. Pero las obras jamás darán fe. Ni los milagros lograron hacer entender a los fariseos en el tiempo de Jesús que este era el Mesías, pero la fe logró que los apóstoles levantaran a los cojos, y dieran la vista a los ciegos. Una verdadera fe se demuestra con obras.
1 comentario:
Si nos ponemos a hilar por lo fino, no sé si sea absolutamente certera la afirmación que haces con respecto a: "si no hay sacrificios no hay bendición".
Dios no es un jefe de empresa que paga a su empleado según lo que trabaje.
Dios es distinto de los hombres, y viene a los hombres para enseñarles a vivir como en el Cielo. Allí en donde se ama sin medida.
Si Él mismo que es el Amor, nos pide que amemos según lo que nosotros nos amamos, y no según lo que nos aman los demás. Entonces en esta lógica Dios jamás nos podría amar, o bendecir en este caso, según lo que nosotros le demos. Él ama por su propia voluntad, Él bendice a quien quiera. Y conociendo a este Dios tan sublime, tan extraño para el mundo, tan contrario a la racionalidad humana, tan hermosamente desconcertante, estoy segura que le da más a los que menos se lo merecen, porque son los que más necesitan. Y de ahí nace la justicia.
Cuando el apóstol Santiago se refiere a la fe en que es muerta sin obras, se refiere a que la fe se manifiesta con las obras. Pero las obras jamás darán fe.
Ni los milagros lograron hacer entender a los fariseos en el tiempo de Jesús que este era el Mesías, pero la fe logró que los apóstoles levantaran a los cojos, y dieran la vista a los ciegos.
Una verdadera fe se demuestra con obras.
Esta es mi perspectiva.
Un abrazo en Jesús,
Karla.
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