Valores cristianos
Las Prioridades
Estamos en un mundo donde lo urgente es una
prioridad: Donde hay escases y aparece una oferta, es urgente obtenerla; donde
no hay cuidado físico y aparece la enfermedad, es urgente sanarla, donde no hay
una constante con Dios, pero llega la prueba, se hace urgente acudir a él.
Alguien dijo que vivimos bajo la “tiranía de lo
urgente”, como si tuviera vida;.. Y cual histérica, lucha, araña y grita
pidiendo atención. Reclama nuestro tiempo haciéndonos creer que es bueno
atenderla calmando sus nervios.
Hoy lo urgente ocupa en nuestra vida el lugar
de lo importante.
Por atender lo urgente, LO IMPORTANTE SIEMPRE
QUEDA EN ESPERA. Lo importante no es ruidoso, ni histérico, ni exigente; es
paciente y espera en silencio, porque sabe que en su momento (a la buena o a la
mala) cobrará trascendencia.
Debemos preguntarnos: ¿Qué es importante para mí? ¿Qué ocupa el primer
lugar en mi vida?
Para darle atención a lo importante hay que
atenderlo en el presente con un ojo en el futuro. Así se alcanza el éxito… Pero
el problema es que resulta más fácil volver la vista al pasado y sonreír por
los logros conseguidos, que mirar hacia adelante, al futuro, y pensar en
inciertas posibilidades del mañana.
En la vida espiritual muchos viven
mediocremente por haberse concentrado en lo urgente y no en lo importante. Y
por vivir de éxitos pasados (declarando que todo tiempo pasado fue mejor),
cuando podrían forjar un futuro mucho más prometedor. Para muchos lo importante
no fue Dios, sino lo urgente (quizás se pueda decir que SU dios fue lo urgente).
·
Fue
urgente porque en el problema se vieron obligados a acudir a él.
·
Fue
urgente porque sin problemas prescindieron de él.
·
Fue
urgente porque su vida espiritual y su presente hablan poco de él.
Hay cuatro cosas que
podemos hacer para tener clara las prioridades.
1- Sea Bíblico-
Como decía Charles Spurgeon: “es una bendición
alimentarse de la biblia hasta alcanzar su misma alma; llegando, por último, a
hablar en lenguaje escritural y a tener un espíritu sazonado por con las
palabras del Señor, hasta el punto de que nuestra sangre sea “biblina” y la
misma esencia de la palabra de Dios fluya en nuestro ser”
Al ser bíblico uno pondrá los parámetros de
Dios para medir toda cosa y sabrá que es lo esencial y lo que no, lo
prioritario. Podrá atender lo importante, porque la Palabra de Dios siempre se
encarga exclusivamente de lo trascendental, lo vital, lo eterno;.. O sea lo
realmente primordial.
Es interesante ver lo que pablo dice en 1
Tesalonicenses 2: 1-4
·
En
medio de oposición compartió el evangelio de Dios (2:2)
·
Su
fundamento mismo era la verdad de las escrituras (2:3)
·
La
palabra de Dios era algo que se le había confiado.
Le llenaba en cada aspecto de su vida que era su misión transmitirla a otros,
sin “agradar a los hombres”, sino a Dios.
¡Cuando comenzamos a absorber las verdades del
libro de Dios, él empieza a obrar en nosotros! (Hebreos 4.12-13)
Los preceptos de las escrituras llegan donde
ningún bisturí de cirujano: al alma, al espíritu, a los pensamientos, a las
actitudes, a la misma esencia de nuestro ser. Y Dios utiliza sus verdades para
moldearnos.
2- Sea de verdad (autentico cristiano)
Al ser bíblico, moldeado por la palabra,
estaremos despojado de toda hipocresía, mentira y engaño que podamos hacer con
nosotros o cualquiera, porque SU PALABRA ES VERDAD. Dios no crea mentirosos.
Una persona que sigue la verdad de Dios tendrá
como prioridad solo eso, la verdad. SUS PRIORIDADES SERÁN LAS VERDADERAS, las
honestas, autenticas, reales.
Un autentico cristiano, no querría abusar de su
semejante con mentiras ni engaños, solo buscaría la gloria de Dios de manera
autentica (1 tesalonicenses 2:5-6)
·
Pablo
solo buscaba la gloria de Dios
·
Pablo
buscaba bendecir a su hermano (Filipenses 4:17)
·
Al
igual que pablo, Pedro no quería ganancias deshonestas y aconsejaba a los demás
a lo mismo (1 Pedro 5:2)
3- Sea benigno
Esta prioridad queda clara en 1 Tesalonicenses
2:7-11
Pablo, con todo su poder y posición era bueno,
accesible y tierno. El quería compartir no solo el evangelio, sino su vida.
Cuando se es bueno, sus prioridades serán “las
buenas”; las que edifican, ayudan, fortalecen, y no alimentará las que
destruyen, denigran, deshonran.
Muchas veces somos más condenatorios y
legalistas que considerados, discretos y compasivos.
Las cosas funcionan bien en un clima benigno y
de aceptación, porque la gente es mucho más importante que las reglas rígidas y
expectativas exigentes.
4- Sea Pertinente
1 Juan 4:7-8
Así como Cristo se acercaba a las personas como
eran (ladrones, prostitutas, violentos, endemoniados) y no como “hubieran
debido ser”, así nosotros debemos imitarle.
Si decimos seguir a Cristo debemos hacer las
cosas dentro del contexto de Cristo, no dentro de nuestro contexto. Debemos
estar al día de las aflicciones de quien necesita a Cristo, del hermano en
tribulación, del perdido.
No se lleva pan al hambriento una semana tarde,
ni se da de beber al sediento vinagre. Eso no es ser pertinente, es ser
malvado. Lo mismo, al perdido no se le lleva el mensaje de Cristo en el
cementerio, ni se visita al enfermo cuando ya sanó, ni se llama para animar
cuando el problema ya se resolvió. Eso no es ser pertinente.
Al concentrarnos en estas cosas, daremos
prioridad a lo verdaderamente relevante y se nos llamara, con toda justicia,
CRISTIANOS.
Pastor Marcelo Valdés
(Basado en el libro “Afirme sus valores" de
Chuck Swindoll)