jueves, 22 de octubre de 2009

Halloween no es de Cristianos.


Mirando al cielo 43

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos” (Deuteronomio 18: 10-11)

“Treta o trato” es la frase celebre la noche del 31 de octubre, en la celebración del Halloween. Según el diccionario, la treta es el artificio sutil e ingenioso para conseguir algún intento; y en el intento de querer conseguir lo que se pide, no falta el ingenio de las personas que con arte y oficio (artificio) presionan para que caiga un dulce o un caramelo. Los disfraces son la herramienta simpática para obtener logros, despertando sonrisas en los intimidados, quienes ya están preparados para repartir el sagrado premio a diablillos, hadas, duendes, príncipes o mortales seres del mas allá. Es una fiesta inocente dicen algunos; es solo un momento simpático dicen otros, que no hace mal a nadie... por ahora.

La fiesta de Halloween nunca fue patrimonio cultural de nuestra patria ¡mucho menos del pueblo cristiano! Fue patentado por los celtas y promocionada por sus sacerdotes, los Druidas que eran “verdaderos adivinadores”, que es el significado del nombre, quienes hacían sacrificios humanos y de animales para consultar con los muertos. Se creía que los espíritus salían la noche del 31 de octubre (último día del año celta) para obtener beneficios de los mortales y estos les ofrecían algo bueno para aplacar su ira y contar con su beneplácito. Este rito se junta con la “fiesta de la cosecha” celebrada por los Romanos en honor a “Pomona”, diosa de los frutos el 1 de Noviembre, dándole características de “dulce y agras” al festejo. Obviamente esta celebración pasó de Europa a Estados Unidos por los inmigrantes que mantenían esas costumbres y en tiempos actuales, encontraron en el Marketing un aliado para promover su fiesta y perpetuar su visión de lo espiritual. El comercio se ha encargado de darle ese toque mágico que encanta a los niños y que seduce a los padres, convirtiendo hasta pasillos completos de supermercados en verdaderas vitrinas del dulce sabor del horror.

Las conocidas atrocidades que suceden en esta noche en diferentes lugares de Europa y EEUU, no son motivo de celebración para aquellas familias que han perdido un ser querido o una mascota regalona. No hace más de dos o tres años pasó algo similar en una fiesta de Halloween acá en Chile con una estudiante de la universidad Austral de Valdivia.

Sea paradójico o no para algunos, justo el día en que muchos en este país adoptan esta celebración, otros celebran un hito importante y que recién es reconocida por las autoridades en Chile: y es el día del pueblo Protestante o Evangélico. Para mí, más que paradójico es simplemente el deseo de Dios de darnos la oportunidad a los cristianos de celebrar lo realmente importante y trascendente, como lo son las cosas ESPIRITUALES y no ESPIRITISTAS. Que Dios entonces te vea en lo Espiritual y no en lo pagano, por muy simpático y comercial que sea.

Pastor Marcelo Valdés