jueves, 20 de agosto de 2009

Los que buscan a Jehová

Canción del disco "La verdad de amar"


domingo, 16 de agosto de 2009

Soberano

Hillsong

¿A quien consultas?


Mirando al cielo 24

“Así murió Saúl por su rebelión… porque consultó a una adivina y no consultó a Jehová” (1Cronicas 10:13,14)

No importa si usted o yo somos reyes, presidentes, ricos o humildes y comunes. Dios termina poniendo su mano sobre todo aquel que conociéndolo, determina desconocerlo acudiendo a lo que el condena terminantemente. El primer Rey del pueblo de Israel, ante la falta de la voz de Dios por causa de su desobediencia, decide acudir a una adivina en Endor, para hablar con los muertos, en este caso con el profeta Samuel, que había fallecido hacía poco. Estaba desesperado por contar con el favor de Dios ante el ataque de sus enemigos que olvidó acudir a él directamente, doblando su rodilla y tragándose su orgullo, y lo hizo por medio de lo que Dios mas condena: consultando una adivina y a los muertos; y como dice su palabra, murió por su rebelión.

Insistir en las cosas condenables por nuestro Señor es ser rebeldes sin causa. Muchas veces se toma este “atajo” por querer contar con los beneficios “espirituales” acudiendo a los espíritus y no a Dios. Y muchos ignoran que están hipotecando su vida, su bendición y su seguridad ¿Por qué? Porque deciden contar con la seguridad de lo mas inseguro y rechazan la seguridad que Dios otorga. Ahora, “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24). Dios necesita que le adores de verdad, solo a él; Dios, un ser real, es el mayor ser Espiritual y recurrir a seres espirituales menores que nuestro mismo Creador es un mal negocio, pues se está apostando por lo menos rentable. Pero ¿Por qué se acude a lo desechado por Dios? ¿Por qué muchos deciden ir a espíritus malignos y demoniacos? Algunos por ignorancia, creyendo que son inofensivos y porque algunas adivinas dicen ser de “magia blanca” (pero no existe el “pecado bueno y el malo”). Otros porque los espíritus demoniacos tienen poder para responder de forma rápida, a veces casi instantánea, pero ¡Ojo! ellos solo trabajan a corto plazo. Dios, que es omnisciente, todo lo sabe (los espíritus demoniacos no lo son), y sabe realmente lo que es bueno para nosotros, nos guste o no. Como el padre que decide lo mejor para su pequeño hijo, entendiendo que el hijo no tiene la capacidad de elegir lo mejor, así Dios sabe si nuestras peticiones son buenas o perjudiciales al corto, mediano o largo plazo. Sin embargo muchos en su desesperación, deciden olvidarse completamente del Salvador de la humanidad y acuden al mal que Satanás controla, a espíritus demoniacos, muchos creyendo que son los espíritus de seres queridos que ya han partido de esta tierra, pero que no es mas que un engaño del Diablo para que muchos, que dicen creer en Dios, lo terminen olvidando. Pareciera que las “huestes espirituales de maldad” hubieran ganado esta batalla, instalando el ocultismo en la televisión, radios y revistas, donde se pone más atención al pronóstico del horóscopo, las cartas u otras hechicerías, que a las promesas del Señor; pero no nos engañemos, Dios no puede ser burlado pues la guerra ya la ganó, ahora solo espera el momento propicio para rescatar a los suyos y sofocar las rebeliones de muchos que han decidido ser parte del bando equivocado. Le invito a unirse íntegramente al bando ganador, al de Dios.

Pastor Marcelo Valdés

marcelo_valdes_@hotmail.com

sábado, 15 de agosto de 2009

LA VERDAD DE AMAR

HOLA Aquí va un vídeo de mi disco "La Verdad de Amar"

No te canses de hacer el bien


Mirando al cielo 26
“Y vosotros hermanos, no os canséis de hacer el bien” (2ª Tesalonicenses: 3:13)

El deber Cristiano es un continuo de buenas obras, de hacer bien a la humanidad, a nuestro prójimo; algo que nunca debe cesar, porque a través del bien, crece el testimonio a nuestro favor, y a favor de la obra de Dios ¡Ellas hablan por nosotros! Si sembráremos bien, cosecharemos bien.
¿Qué es el bien? Es lo que Dios nos hace o haría; el solo pretende nuestro bien. Hacer todo lo que es un deber ético, moral y espiritual, eso es bien, con toda persona, sin distingo. En el verdadero cristiano el bien no mira colores políticos, religiosos, culturales, raciales, o de clases; el bien es para todos. Para hacer el bien, debes revestirlo de motivos puros y elevados y la acción mas pequeña, como darle un pan a un pobre, se convertirá en verdadero maná celestial para aquel que recibe de tu bien. Si fuésemos todos buenos, en Loncoche llovería maná para cada uno de nosotros.
¿Que es lo bueno? En lo social: Cuidar y ayudar al pobre, a la viuda, a los huérfanos, al ignorante, al enfermo, al caído en desgracia y al desesperado. Siempre con una palabra de aliento o una amonestación con buena intención. En lo Espiritual: Predicar lo puro de Dios, enseñar las virtudes de Dios, evangelizar, ministrar las almas en necesidad, amonestar y animar en el Señor, compartir la oración privada y entre hermanos, la alabanza y visitar con motivos puros.
¿Por qué se nos exhorta a hacer el bien? Porque el malo no se cansa de hacer el mal, mas el bueno tiende a cansarse de hacer el bien. Muchos malos han sido sepultados con honra, y muchos buenos han sido olvidados en los lugares donde obraron con rectitud (Eclesiastés 8:10-11) ¿Por qué? Porque el corazón es inclinado al mal ¡Por eso no debemos de cansarnos de hacer el bien! Cuando uno se cansa, se vuelve perezoso o desordenado, “no trabajando en nada” de lo que Dios manda; Cambian lo bueno y sublime del cielo por los deleites del mundo, pues es mas fácil abandonarse a lo malo que resistirlo haciendo bien; Como dijo el poeta: “Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”. Este tipo de personas, impide el crecimiento del verdadero cristianismo; Desalientan a los que quieren venir al Señor; Son activos en el mundo y perezosos en las cosas espirituales, que son las que permanecen, pues son eternales. Satanás también es activo, constante y diligente como Gabriel; pero uno esta condenado al infierno y el otro esta en el cielo; uno es un Monstruo y el otro un ángel.
Hazte un favor y regálate un bien: ven al Señor y arregla tus cuentas con él, porque si realmente quieres hacer bien a otros, llénate del más bueno, del mejor, y él te dirá como hacerlo mejor.
Al que esta haciendo el bien, le animo a seguir por la misma senda ¡¡Tendrás tu recompensa!! (Mateo 25:21). Al que esta cansado de hacer el bien, lo amonesto en el amor de Dios, a hacer “frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8). A los cristianos ociosos, les mando a que se llenen de buenas cosas, de virtudes santas (2 Pedro 1:5-8). A los que andan desordenadamente, les animo a ¡Temer a Jehová! Para que les vaya bien. (Eclesiastés 8:12-13)
¡No te canses de hacer el bien!

Pastor Marcelo Valdés
Marcelo_valdes_@hotmail.com

Amar lo dificil es lo que Cristo espera


Mirando al cielo 32

“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?” (Mateo 5:46-47)

La palabra Amor es la que mas se usa en todas las lenguas del mundo. Es la palabra que encierra más significado que cualquier otra palabra y es sobre la que más se escribe, se canta y se refleja en imágenes. Todos quieren “amar”, todos quieren ser “amados”, siempre se reparte “amor”, siempre se recibe “amor”, por que el amar esta enraizado en el ser humano, por que es una facultad Divina que la hemos hecho humana.
El amor está definido como un sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. No solo se siente, sino que se vive, porque se alimenta y nos alimenta, se cuida para que no marchite y nos anima y nos ayuda para animar a otros.
En la Biblia se habla de la palabra amor de tres maneras distintas. Primero está el amor “Filial” que en el griego servía para definir el amor fraternal, como el amor a los padres, a los hijos, a los amigos y hermanos. Similar amor sintió Cristo por Lázaro, por el Apóstol Juan, reconocido como el discípulo amado, y por su madre María. Es un amor “de corazón”, entrañable. Dios nos anima a amar de esta manera a nuestros seres queridos.
También esta el amor “Eros”, que es el amor “erótico”, el amor entre los sexos, sensual, carnal. Es un amor de “cuerpo”, un amor físico, un amor basado en el placer. Dios nos anima a amar de esta manera solo a nuestra esposa (o esposo).
También esta el amor Ágape: esta es la palabra que nos interesa. Sale más de 120 veces y 130 su verbo (Agapan) en los idiomas originales. Significa amor trascendental, amor posible e imposible. Es el amor de Dios sobre los hombres, el de Cristo por la humanidad, el de los verdaderos cristianos por los perdidos ¡este es el amor que se nos pide, pues es del que mas se habla en la Biblia!
El amor filial y el amor Eros son fáciles. No es ninguna proeza amar a uno que nos ama, a uno que apreciamos o nos aprecia. Es fácil amar a nuestras parejas, es algo natural, normal ¡Todos amamos así! Lo milagroso del verdadero amor está en que ese amor se puede extender a los enemigos, a los despreciados, a los aborrecidos, tanto por nosotros como por la sociedad. Muchos dirán: “Si quieren amor, que se lo gane”, pero hagámonos una pregunta los hijos de Dios ¿En que minuto nos ganamos el amor de Dios? ¿Qué hicimos para merecerlo? ¡Nada! Porque estábamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1) y Él nos amó primero ¡Sin merecerlo!
Fíjese lo que nos dice Cristo: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. (Mateo 5:44-45)
Tal vez muchos no se merezcan su amor, pero si usted es hijo de Dios debiera hacer un esfuerzo por amarlos, quizá partiendo por el perdón. Si aborrecemos, alimentamos el odio y de eso ¡el mundo ya está lleno!
Sería lindo ver un Loncoche más amoroso y tolerante, donde los hijos de Dios no sean causantes del odio o la indiferencia, sino promotores del amor, del amor Agape que Cristo tuvo por nosotros.

Pastor Marcelo Valdés
marcelo_valdes_@hotmail.com

En Cristo no hay diferencias


Mirando al cielo 33

“ …habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos”.
(Colosenses 3:9-11)

Para los cristianos Cristo es todo; o por lo menos eso debiera ser. Cuando nosotros, mediante el arrepentimiento de nuestros pecados venimos al Señor, reconociéndolo como el Dios de nuestras vidas, pasamos a formar parte de la gran familia espiritual del Salvador de la humanidad; por eso todos los que estamos en Cristo nos llamamos hermanos, porque las diferencias se desvanecen en su persona. Eso no quiere decir que seremos iguales en todo, no significa que no podamos discrepar en opiniones respecto a distintos temas, pero esas discrepancias o diferencias vienen a ser mínimas comparadas con la igualdad de condición que nos produce el ser de Cristo, porque “Cristo es el todo y en todos”. Ya no hay griego ni judío, porque las diferencias de nacionalidad, de raza, de pueblo, son abolidas. Unos serán de “Derecha”, otros de “Izquierda”, unos de clase social alta y otros de clase social baja, pero en Cristo somos iguales y aunque tengamos nuestras tendencias y diferencias, por sobre todo predomina lo que todo cristiano va a gozar, que es la salvación de nuestras almas; ricos y pobres, grandes y chicos, blancos y negros gozaran de los beneficios de Dios ¡Si ponemos la fe en el salvador!
En la iglesia de Cristo, las barreras de cualquier tipo quedarían todas derribadas si tan solo Cristo fuera el centro de nuestras vidas, no solamente de nuestra adoración. En Cristo no hay nacionalidad, no hay ley ceremonial, tradiciones religiosas, barreras culturales, no hay raza, no hay clases sociales, que no puedan vivir en comunión. ¿Por qué? Porque en Cristo somos todos uno, somos su iglesia, su novia, hijos del Dios altísimo ¡Porque Cristo es el todo del cristiano!
Para que esto suceda, Cristo debiera ser el centro de nuestra adoración, acción y razón. Como dijo San Agustín: “Cristo no será apreciado del todo mientras no sea apreciado sobre todo”.
Cuando nos vean realmente amando al Dios de vida, daremos vida, libertad e igualdad.

Pastor Marcelo Valdés
marcelo_valdes_@hotmail.com