sábado, 6 de enero de 2018

Manifiesto espiritual 2018


Manifiesto Espiritual 2018

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1Pedro 5:10)

Quiero que este año, en un deseo profundo para todos mis amados hermanos, sea de verdadero CRECIMIENTO. Desear la madurez, es desear verlos libres al servicio del Señor, sin dependencia más que del Espíritu Santo.
CRECIMIENTO es desearles que nadie los empuje hacia un amor y dependencia del Señor, sino que ya maduros, pueda atender como adultos a los asuntos del Padre de los cielos, cumpliendo deberes y responsabilidades sin ser disuadidos por medio de la reprensión Bíblica, sino que por puro afecto, amor y agradecimiento. CRECIMIENTO es desearles la madurez para ustedes empujar a otros a Cristo y gozarse en observar el crecimiento ajeno.
CRECIMIENTO es desear, que a pesar de los sufrimientos, sean “perfeccionados, afirmados, fortalecidos y establecidos”. “Después que hayáis padecido por un poco de tiempo”, deseo que este sufrimiento sean el crisol o el fragüe que forja una vida dependiente de Dios. Para llegar a la perfección se necesita fuego a nuestras vidas. Como decía Spurgeon, “el roble no sería Roble si no fuera probado constantemente por vientos y lluvias. Sus raíces no llegarían a ser tan profundas si no hubiese sido golpeado por hostiles climas. Su madera no sería tan noble y firme sino hubiese sido curtido por la prueba y la adversidad”… Al final todos quieren, admiran y necesitan un roble.
Los padecimientos están anunciados, no nos son ajenos. Vienen de diversas formas e inesperadas. Llegan y nos sorprenden y algunas quedan como aguijón… “Y también, los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.” (2 Timoteo 3:12).
Pero ¿Cómo valoraríamos el consuelo si no hay sufrimientos? Sería extraño a nosotros y más aún palabras bellas y amables como apoyo, ayuda, sustento, bálsamo, alivio, etc; porque cuando no se conoce el dolor no se sabe de bienestar y sosiego. Como cuando no se sabe del juicio por el pecado, se ignora sobre la salvación y el Salvador.
Mi declaración de intención es verlos CRECER, madurar, y ayudarlos en lo más que pueda, eso mismo me hará crecer también. Avanzando hacia la meta, que es Cristo, pero con menos peso por el pecado, menos heridas y menos dañados por una vida lejos de Dios; con más santidad, inundados de fe, fuerza en el dolor y humildes en la bendición. Más tranquilos, esperanzados, sosegados y templados ante la tribulación. Llenos de cordura y razón, pero locos por presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
¿Cómo lograrlo? De la mano del Dios de toda gracia.
Bendiciones
Pastor Marcelo Valdés.