miércoles, 28 de octubre de 2009

Luz y Tinieblas



Mirando al cielo 44
Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo. (Salmos 107:10,11)
Estar sin Cristo es estar en tinieblas y sombra de muerte; Y ese es su destino final: un lugar de tinieblas y sombras, si no vienen al dador de la vida. La Ley fundamental de la Biogénesis es que la vida solo proviene de la vida y no puede lo inorgánico generar vida orgánica. Así también, la vida natural de las personas no puede entrar al mundo Espiritual si no nace de nuevo, hay que nacer Espiritualmente; “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12). Dios es el gestor de la vida tanto orgánica como espiritual. Y es una verdad Científica y Espiritual.
Por contraparte existe el mundo espiritual opuesto a Dios comandado por Satanás, quien quiere que la gente venga a su reino de tinieblas y muerte. Por tanto existe una guerra espiritual. Es por eso que no debe llamarnos la atención como muchos “que no han nacido de nuevo” se hacen parte, por desconocimiento o no, de lo que este ser maligno promueve. Y ahora exportado y auspiciado por el mismo Belial, quien está atareado en promover su día especial llamado Halloween; Y cuenta con las huestes demoniacas que por todo el mundo, haciendo sus “puerta a puerta”, cual político en tiempos de campaña, para mostrarles los beneficios de un día que debiera considerarse especial: disfraces, dulces, comercio, incremento de ganancias en el comercio, calabazas adornadas, fiestas, niños bromeando alegremente, gente repartiendo dulces “aprendiendo a dar”, casi siendo buenos en la noche mas oscura.
Pero los demonios hacen lo suyo; los que están sin Cristo también; Pero jamás los hijos de Dios, aquellos que están en “vida nueva”. Porque entendemos la naturaleza de dicha festividad y sabemos que detrás de las simpatías diabólicas hay una promoción de tinieblas y oscuridad.
Por ahora el pueblo Evangélico, los que promueven las buenas nuevas, (esa que dice que hay vida en Cristo) debemos ocuparnos en celebrar lo que ahora Dios se ha dignado a otorgarnos vía legal: El Día del pueblo protestante. Un Día donde debemos recordar a aquellos que fueron mártires por querer propagar esas buenas nuevas, donde debemos reflexionar sobre la vida espiritual que transforma vidas, donde debemos alegrarnos y ser agradecidos con Dios por permitirnos habitar un país libre donde podemos desarrollar nuestra fe. Este 31 de octubre es un día especial; un día donde la luz de Dios también se manifiesta, versus las tinieblas que se cierne sobre aquellos que insisten en vivir en oscuridad.
Un abrazo fraterno para aquellos que habitan en la luz de Cristo.
Pastor Marcelo Valdés

jueves, 22 de octubre de 2009

Otro articulo sobre el Halloween


Mirando al cielo 2

Este 31 de Octubre estamos pronto a celebrar un festivo mas, pero esta vez es en reconocimiento al pueblo Protestante. El mundo “Evangélico”, los que promovemos el evangelio de Cristo (Las Buenas Nuevas), debemos estar contentos por este histórico reconocimiento de parte de nuestras autoridades, que con este hecho reconocen la importancia de las iglesias y su gran desempeño social y espiritual. Es un día para festejar y espero que se haga con reflexión espiritual.

Pero paradójicamente este mismo día muchos celebrarán, ya cayendo la noche, y por otros motivos, un día que jamás ha sido patrimonio de nuestra cultura, pero que se está enraizando en el colectivo de muchos. Me refiero al día de Helloween, también llamada noche de brujas, y conocido en otros lugares como día de los espíritus, y que coincidentemente es la víspera del día de los muertos (1º de Noviembre). Muchos, en especial los pequeños, con disfraces de miedo, evocando nuestras peores pesadillas, saldrán a pedir algún caramelo so pena de algún hechizo o mal. Seremos puestos a prueba por peques “infernales” que calmaran su furia con algún dulce: o sea, dale lo que quieren o te reventaran con una treta.

Las iglesias cristianas, portadoras de la luz de Cristo, celebran el mismo día que aquellos que adoptan simpatizar con lo oscuro, en un hecho que para algunos es anecdótico, pero que para nosotros tiene relevancia nacional y espiritual; ¿Por qué? Primero, porque Halloween representa lo opuesto a Cristo; segundo, porque nunca fue parte de nuestro patrimonio cultural y no representa ninguna tradición nacional; tercero, porque es “la cara simpática” del tétrico mundo de los espíritus; cuarto, porque es un movimiento comercial que beneficia a algunos pocos y quinto, porque, mientras unos lo celebran inocentemente, en otros países se festeja con atrocidades.

Esperamos que aquellos padres que adoptaron el lado oscuro de la fuerza apoyen, con las mismas ganas, a sus hijos cuando se les pida algún traje típico o algún material para la escuela, o alienten al niño a participar de las actividades con entusiasmo y usen del mismo ingenio para fiestas de disfraces o talleres teatrales o deportivos. Porque muchas veces para la escuela solo hay quejas y Halloween se lleva la simpatía y energía (y el dinero también) que debiéramos verter en la educación de nuestros hijos. Muchos dirán que es inofensivo, pero más inofensivo y beneficioso es preocuparnos de la enseñanza de nuestros niños que gastar energía en la última novedad norteamericana.

Espero que podamos celebrar, este 31 de octubre, mirando al cielo.

Pastor Marcelo Valdés

Iglesia Bíblica Bautista del Sur

Halloween no es de Cristianos.


Mirando al cielo 43

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos” (Deuteronomio 18: 10-11)

“Treta o trato” es la frase celebre la noche del 31 de octubre, en la celebración del Halloween. Según el diccionario, la treta es el artificio sutil e ingenioso para conseguir algún intento; y en el intento de querer conseguir lo que se pide, no falta el ingenio de las personas que con arte y oficio (artificio) presionan para que caiga un dulce o un caramelo. Los disfraces son la herramienta simpática para obtener logros, despertando sonrisas en los intimidados, quienes ya están preparados para repartir el sagrado premio a diablillos, hadas, duendes, príncipes o mortales seres del mas allá. Es una fiesta inocente dicen algunos; es solo un momento simpático dicen otros, que no hace mal a nadie... por ahora.

La fiesta de Halloween nunca fue patrimonio cultural de nuestra patria ¡mucho menos del pueblo cristiano! Fue patentado por los celtas y promocionada por sus sacerdotes, los Druidas que eran “verdaderos adivinadores”, que es el significado del nombre, quienes hacían sacrificios humanos y de animales para consultar con los muertos. Se creía que los espíritus salían la noche del 31 de octubre (último día del año celta) para obtener beneficios de los mortales y estos les ofrecían algo bueno para aplacar su ira y contar con su beneplácito. Este rito se junta con la “fiesta de la cosecha” celebrada por los Romanos en honor a “Pomona”, diosa de los frutos el 1 de Noviembre, dándole características de “dulce y agras” al festejo. Obviamente esta celebración pasó de Europa a Estados Unidos por los inmigrantes que mantenían esas costumbres y en tiempos actuales, encontraron en el Marketing un aliado para promover su fiesta y perpetuar su visión de lo espiritual. El comercio se ha encargado de darle ese toque mágico que encanta a los niños y que seduce a los padres, convirtiendo hasta pasillos completos de supermercados en verdaderas vitrinas del dulce sabor del horror.

Las conocidas atrocidades que suceden en esta noche en diferentes lugares de Europa y EEUU, no son motivo de celebración para aquellas familias que han perdido un ser querido o una mascota regalona. No hace más de dos o tres años pasó algo similar en una fiesta de Halloween acá en Chile con una estudiante de la universidad Austral de Valdivia.

Sea paradójico o no para algunos, justo el día en que muchos en este país adoptan esta celebración, otros celebran un hito importante y que recién es reconocida por las autoridades en Chile: y es el día del pueblo Protestante o Evangélico. Para mí, más que paradójico es simplemente el deseo de Dios de darnos la oportunidad a los cristianos de celebrar lo realmente importante y trascendente, como lo son las cosas ESPIRITUALES y no ESPIRITISTAS. Que Dios entonces te vea en lo Espiritual y no en lo pagano, por muy simpático y comercial que sea.

Pastor Marcelo Valdés