jueves, 14 de enero de 2010

Año nuevo


Mirando al cielo 51

¿Fue feliz este año? ¿Lo será el año que está por llegar? Muchos están en busca de la esquiva felicidad y muchas veces pareciera que está por llegar, pero no sucede así. Todo el mundo quiere ser feliz y cada uno traza su propia ruta hacia ella, porque es un anhelo legítimo en nosotros. Pero la mayoría no la encuentra y muchos que dicen hallarla se dan cuenta que es momentánea. Entonces ¿Se puede ser plenamente feliz?
Difícil pregunta, porque el tema es controversial, por tratarse de un problema fundamentalmente ego-centrista, que radica en el “yo” de las personas. Lo que puede hacer feliz a unos, puede ser todo lo contrario para otros, porque tiene que ver con los anhelos más profundos de nuestro ser. Y los anhelos cumplidos nos hacen felices solo por el tiempo que dura el efecto de lo conseguido. Por ejemplo: Si anhelara alguna cosa material, como un automóvil, y mediante esfuerzo lo consiguiera, en ese preciso instante seria plenamente feliz; pero ¿Para siempre? ¿Sería una felicidad permanente? Obviamente el vehículo ayudaría mucho, nos facilitaría bastante las cosas y mientras preste utilidad estaríamos contentos… hasta que tengamos que echarle bencina nuevamente, llevarlo a la revisión técnica, arreglar una pana, gastar dinero que no está considerado en nuestras cuentas. En ese minuto no estaríamos muy contentos. Quizá lo asumiríamos y resignadamente pagaríamos los costos de la mantención, pero ¿Pensaría lo mismo nuestra esposa? ¿Y nuestros hijos? Tal vez alguno piense que el vehículo vale más que ellos mismo. Y eso nos traería problemas ¡que no nos harían felices!
¿Por qué no encontramos la felicidad? ¿Cuál es el problema? El problema está en la “Obsesiva” preocupación por “mi felicidad”. Existe una paradójica verdad: Nunca seremos felices si nuestra primera preocupación es ser feliz. Y eso es lo que nos dice todo el mundo: “Que se cumplan todos tus deseos y anhelos”; eso es lo que nos enseñan las canciones: “Tengo derecho a ser feliz”; así nos enseña Hollywood con sus películas: “Busca tu propia ruta hacia la felicidad”. Hoy la prioridad somos “nosotros” y “mis anhelos”, “mis deseos”, “mis necesidades”, “mi placer”, etc.
No me mal interprete, yo quiero que usted sea feliz, pero ¿no suena a egoísmo puro lo recién comentado? Sencillamente lo es. Y en las acciones egoístas no se encuentra la verdadera felicidad ¿Por qué? Porque no fuimos creados para exaltarnos nosotros mismos, nosotros fuimos creados para glorificar a Dios.
¿Ha leído las bienaventuranzas? (Mateo 5) Bienaventurado significa dichoso, feliz, y jamás en la Palabra de Dios se menciona “bienaventurado los que buscan su propia felicidad”, porque esa no es la ruta que Dios establece para llegar a ella. ¡La ruta de nuestro Señor hacia la felicidad parte por glorificarle a Él! El dice que primero debes amarle, luego a tu prójimo y luego a ti (Mateo 22: 37-40). La felicidad de los hijos de Dios parte por amar y glorificar al padre. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestros cuerpos y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:20) ¿No te hace feliz estar a cuentas con tu creador? ¿No sientes la dicha de glorificarle a Él? Ya sabe la máxima Bíblica “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33) Amale a Él y estarás en la senda de la dicha.
La ruta de la felicidad parte por glorificar a Dios ¿Lo hiciste este año? Tal vez si te lo propones, este nuevo año que comienza empieces a experimentar la verdadera felicidad. ¡¡Feliz año nuevo!!

Pastor Marcelo Valdés