jueves, 14 de enero de 2010

¿Legal o Cristiano?


Mirando al cielo 53

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. (Mateo 22:37-40)

Me preguntaron si yo guardaba la ley, o si nuestra iglesia lo hacía. Interesante pregunta, considerando que hay mucha confusión al respecto; porque hay quienes creen que la ley bíblica debe cumplirse al pie de la letra, considerando cada mandamiento como un precepto que no se debe romper. Ejemplo, que si la biblia dice “acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8), por lo tanto debo cumplirlo si o si, de lo contrario no cumplimos la ley. Entonces yo pregunto a esas personas si cumplen lo que dice Génesis 17:11 “Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros”; luego dice “y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo” (13b). Obviamente esas personas me responden que no están circuncidados y yo les podría decir que ellos tampoco cumplen la ley. Si así fuera, tendríamos 613 leyes específicas que cumplir que fueron dadas al pueblo Judío, en tiempos del antiguo testamento ¿Las cumplimos todas? Algunos dicen que debiéramos hacer esto y aquello, comer solo ciertas cosas, vestir solo de tal manera, visitar solo ciertos lugares, hablar solo con ciertas personas, etc. Hay una variedad de cosas que para muchos es “ley santa” y tratarán de poner todas sus energías en cumplirlas, así como aquellos que están lejos de las cosas de Dios, pero que también tienen fe en algo o alguien y se constituye una ley que cumplir; como encenderle velas a un santo, caminar de rodillas cada cierto tiempo, visitar un santuario en fechas especiales, comer pescado para semana santa, poner toda su fe en la pulsera de los once poderes, o en el aceite de la unción, en la tierra santa, etc. Esas también son leyes “santas” para muchos que desconocen las cosas de Dios, pero leyes que no son bíblicas.
Entonces ¿Cumplimos la ley bíblica? Yo respondo que si, por lo menos lo intentamos ¿Por qué? Porque como dice el versículo, la ley de Dios se encierra en los dos maravillosos versículos que leímos al principio. Y claramente termina sentenciando “de estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Si tienes el vivo deseo de ser bíblico y empezar a guardar la Palabra de Dios en tu vida, debes comenzar por estos dos mandamientos. Y tan solo estos dos mandamientos ya riñen con muchas iglesias que, por su legalismo (de “ley”), cuelan el mosquito pero dejan pasar el camello. Muchas iglesias se han convertido en ritualistas y creen que así están amando más al Señor. Pero “¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?” (1 Samuel 15:22). No creo que Dios se agrade de ritualismos que nos alejan del amor de Dios, pues ese es el principal mandamiento ¿te enseña tu iglesia a amarlo por sobre toda las cosas? Si es así, está cumpliendo la ley.
¿Te enseña a amar a tu prójimo? Muchas iglesias tienen más ánimo en enjuiciar a otros que en alcanzar al perdido. ¿Cómo vería usted si viera saliendo una prostituta, o un drogadicto de nuestra iglesia? Los que aman al alma perdida lo verían como una bella oportunidad para que ellos rediman sus almas; para un legalista, solo vería una iglesia inmunda, con gente inmunda. Pero el Señor vino a buscar a los pecadores, no a los justo (paradójico, porque “no hay justo ni aún uno”). Muchas iglesias quieren ser “compuestitas”, solo de gente buena, que piense cosas buenas, que hable cosas buenas, que al primer signo de rebelión son puestos en disciplina sin ningún amor, o expulsados sin ninguna oportunidad de restauración. Eso es legalismo puro.
El tema es más amplio y no se alcanza a cubrir en un solo artículo, pero quédate con estos dos preciosos mandamientos y lucha por cumplirlos; estarás cumpliendo la ley. ¡Dios te bendiga!