lunes, 22 de marzo de 2010

Agradecimientos




Mirando al cielo 60
Más vale dar que recibir, sobre todo cuando hay verdadera necesidad. Y eso es lo que vi en mi viaje a las zonas mas afectadas por el terremoto. En Monte Águila, Talca, Constitución, Talcahuano, verdaderamente hay necesidad. Yo se que todos lo saben, pero verlo en vivo y en directo es mucho más fuerte que en televisión, y por ende, mayor se siente la necesidad. Es por eso que quiero agradecer a todo Loncochense que puso la mano en el corazón y en el bolsillo, o en la despensa o en el closet, despojándose para dar a otros. No importa a quien dio, ni con que institución canalizó la ayuda, lo importante era ayudar. Y muchos respondieron a ese llamado de ayuda. Nosotros quisimos ir directamente a dejar la ayuda y a trabajar. Creemos que la ayuda espiritual es muy importante en tiempos de necesidad, así como el gobierno pone la ayuda de Psicólogos. Donde hay temor, falta de sueño, incertidumbre, angustia y dolor, se hace necesaria la ayuda espiritual, donde Dios da consuelo, da esperanzas animo y refugio. Pero fue más gratificante llegar no solo con lo intangible, sino que además llevamos “capa y alforja”, ropa y alimento… y eso gracias a usted que dio, incluso algunos más allá de sus fuerzas. También nos han ayudado en tiempos difíciles, como en las inundaciones y temporales. Ahora nos toco a nosotros, y nuestra gente mostró gratitud y ayudó. Dios le bendiga por eso.

Pastor Marcelo Valdés

martes, 2 de marzo de 2010

Terremoto en el alma


Mirando al cielo 59

“A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la presencia del Dios de Jacob” (Salmos 114:7)
El terremoto sufrido es el tema del momento ¡Y vaya que momento! Sin duda un día que tristemente recordaremos todos los Chilenos de por vida, especialmente los que están sufriendo la pérdida de un ser querido o la pérdida de sus viviendas. Me entristece fuertemente el corazón ver las noticias y la merma de mi vajilla y mi televisor pasa al olvido, considerando que otros han perdido aún las vidas de sus hijos, maridos, esposas; no puedo dejar de pensar en aquellos que están atrapados en los escombros; en aquellos que están en los cerros en una carpa, pasando hambre, sed y frio; en aquellos que se han tenido que armar para defender lo último que les quedó de inescrupulosos que se asoman en tiempos de tragedia, mostrando las bajezas mas espantosa del ser humano, algo que como chileno no me hace sentir orgulloso. Está compungido mi corazón, esta desconsolada mi alma, se revuelca mi mente con todo lo sucedido. PERO NO BAJARÉ LOS BRAZOS, PORQUE EN DIOS ESTAN MIS FUERZAS. La tierra ha temblado y mi rostro a Dios ha buscado; porque aunque ande en valle de sombra y de muerte, tú estarás conmigo; y así ha sido, su promesa fue cumplida.
Muchos me preguntan qué es lo que busca Dios con todo esto; específicamente no lo sé, mi mente, como la de todos, es finita; pero si sé que en una perspectiva general, Dios quiere que los chilenos le miremos a él, que le busquemos de corazón y en verdad ¿Pero que han hecho muchos? Se han volcado a las calles a saquear, alegando hambre y sed a solo medio día de lo ocurrido. Y peor aún, han sentido la necesidad de un televisor cuando no hay luz, de una lavadora, cuando no hay agua, de ropa linda y nueva, cuando no hay que comer. Eso solo habla de la depravación de muchos. Y LO QUE NECESITAMOS ES BUSCAR EL ROSTRO DE DIOS, PORQUE NOS HA HABLADO A TRAVEZ DE LA NATURALEZA. Y en este suceso me he dado cuenta lo pequeño e insignificante que soy, cual langosta frente a verdaderos gigantes, y lo grande y orgullosos que somos cuando las cosas están normales. Somos solo barro, pero nos creemos el alfarero. Corríamos despavoridos, gritábamos al cielo, pensábamos en nuestro fin o en el fin del mundo, pero una vez que pasa todo, volvemos a ser los “grandiosos” de siempre, los que gobernamos nuestras propias vidas. Alegamos contra Dios por esta tragedia, pero jamás agradecemos por todos los días normales y maravillosos que nos regaló antes de esto.
Ver el actuar de muchos, abate mas mi corazón. Ver como obra Dios en mi vida, me da garantías de salvación. Por eso seguiré mi lucha espiritual, por mis amados compatriotas que necesitan de techo, comida y abrigo, pero mucho más, al Salvador, que socorre en tiempos de angustia. Ve a su casa de oración, busca su palabra y su perdón, pero no dejes en estos momentos la única garantía en tiempos aciagos y oscuros, porque él es la luz que brilla en la oscuridad. Bendiciones a todos.
Pastor Marcelo Valdés

En la sabiduria hay alegria


Mirando al cielo 58
“Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia”. (Job 12:13)

Terminemos hablando de la felicidad con la última receta: LA BUSQUEDA DE LA SABIDURIA. Mientras el mundo busca la comodidad, el bienestar, el placer, la entretención, son pocos los que buscan la sabiduría. Hay que aclarar que sabiduría difiere de “conocimiento”, algo que muchos quisieran pero que, una vez obtenido, no saben usar; en cambio el sabio “conociendo” menos, actúa mas y con asertividad. Porque la sabiduría es la aplicación de la inteligencia y el conocimiento a la experiencia, obteniendo mejores resultados y un mayor entendimiento de las cosas o vivencias, lo que aumenta más la sabiduría. Es por eso que no es despreciable buscarla. Es un don preciado que obviamente ayuda a ser más feliz. Pero ¿Dónde buscarla?
Proverbios, el libro escrito por el hombre más sabio que ha pisado la tierra, Salomón, nos dice que “el principio de la sabiduría es el temor a Jehová” (1:7), por tanto la búsqueda comienza en Dios. Si nos damos cuenta, comenzamos este periplo de la felicidad por el temor y cerramos el círculo con lo mismo, porque es el principio de la sabiduría. Otros de los libros escritos por el gran sabio fue Eclesiastés, que es justamente el libro que le busca el sentido a la vida y que termina con una máxima que no podemos dejar pasar: “teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (12:13). Si un extraordinario hombre como lo fue Salomón nos sugiere que la sabiduría comienza por Dios, entonces no está demás decirle a todos los hombres que la busquen ahí. Honestamente, no me extraña ver el mundo actual en un estado deplorable, porque muchos de los que se consideraron sabios comenzaron a alejarse de las máximas de Dios y se envanecieron en sus propios razonamientos; como lo que pasó con Frederick Nietzsche, que de querer ser un hombre de Dios, terminó hablando en contra de él. Y así muchos de los llamados “libre pensadores” como Marx, Lenin, Freud, Sartre, etc. que se inspiraron en Nietzsche, tal como lo hacen muchos en el día de hoy; aquellos que quieren mostrar cierto aire de “sabiduría” son dados a este tipo de filosofías, las del humanismo, marxismo, existencialismo, fatalismo, o lo metafísico. Pareciera haber cierta superioridad en dominar estas cosas y cierta ignorancia en aquellos que tienden a creer en Dios. Nos empujan a salir del closet y ver las maravillas de un pensamiento libre de ataduras religiosas, de presiones impuestas por Dios o la Biblia, de líderes religiosos que no pueden mirar más allá de sus propias narices, de avanzar hacia un mundo en donde lo más importante sea el hombre y no Dios. Se dan la razón al mostrarnos a los fanáticos religiosos, a los sectarios y a los fundamentalistas, todos estrechos de mentes o simplemente locos. Hoy el barro quiere ser más que el alfarero, la creación más que el creador… y eso da cierto aire de superioridad y sabiduría.
Pero no es así. Podemos estar de acuerdo en que existe un mundo cristiano ignorante de muchas de las cosas que aún escribo aquí y no entender, pero ¿no dice su palabra que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios? ¿Quién de los apóstoles fue un hombre ilustrado, excepto Pablo? ¿Acaso no vive mejor aquel simple campesino que solo tiene que entender lo necesario como para desarrollar sus cosechas y honrar al salvador? He visto a “sabios” de libre pensamiento ser verdaderos ignorantes en pleno campo. ¿No es más inteligente dominar con sabiduría lo que estamos llamados a hacer, que querer entender las profundidades mismas de la vida? ¿No es para el zapatero más importante ser diestro en su oficio que serlo en pensamientos ajenos a su vida y a Dios? La sabiduría no está en saber más, o conocer más, sino que en saber aplicar mejor lo poco aprendido en lo que nos desarrollamos.
Por tanto, si quieres buscar la sabiduría, comienza buscando a Dios y a atender su voluntad, porque solo el necio dice en su corazón “no hay Dios” (salmos 14:1). Poco a poco, estando en sus caminos, actuaras con verdadera sabiduría, algo que el “libre pensamiento” no nos ha dado. La felicidad depende de tu sabiduría, la que puedes obtener buscando a Dios.

Pastor Marcelo Valdés