sábado, 29 de diciembre de 2018

Devocional: Ser Luz y Amor

Reflexionando en la palabra de Dios, en Efesios 5:1-8 llego a tres conclusiones:

1- Dios quiere que andemos en amor, como él nos amó.

2- Dios quiere que aborrezcamos conductas  que no "conviene a los Santos".

3- Aún así debemos andar en amor,  pero que no seamos partícipes con quienes practican tales cosas, dejando que "su ira actúe en los hijos de desobediencia", no la nuestra.

Conclusión:
Este es el andar de un hijo de luz, rescatado de las tinieblas.

Señor, ayúdame a amar, a buscar la santidad y cuidarla y a no participar con aquellos que No, y dejar que tu justicia obre en ellos y no la mía.

UN NACIMIENTO DIFERENTE


Introducción: El nacimiento de Cristo fue un nacimiento como los de todos nosotros: tuvo una madre que lo llevó por nueve meses en su vientre,
igual que todas las mamitas. Sufrió dolores de parto y llegó al mundo como todos los niños del mundo. Pero desde que fue concebido hasta su nacimiento TODO FUE DIFERENTE AL RESTO DE NOSOTROS.

1- Fue diferente porque él estaba anunciado en las Escrituras desde hace muchos siglos (Isaías 9:6)
   La biblia siempre habló de él, desde el Génesis en adelante (Génesis 3:15)
   Era el MESÍAS prometido (Mesías= Ungido), por lo que es un motivo de gran gozo para todos nosotros

2- Fue diferente porque tuvo un padre diferente. (Mateo 3:17)
   Todos tenemos un padre en la tierra, pero Cristo tenia a Dios, creador del cielo y el universo, como Padre.
   Este Padre amaba a su hijo tanto como nos amaba a nosotros, por eso lo envió a la tierra, para morir por todos nosotros.

3- Fue diferente porque su nacimiento fue sin igual. (Lucas 1:30-31)
   Fue anunciado por ángeles
   Fue Visitado por Magos
   Una estrella le anunció
   Fue adorado por ángeles y pastores

Conclusión: ¿Por que crees que fue un nacimiento diferente? PORQUE CRISTO ES EL HIJO DE DIOS, EL SALVADOR DE LA HUMANIDAD, EL ÚNICO QUE PUEDE DAR VIDA ETERNA.

Bendiciones y ¡Feliz Navidad a todos!
M.V.

DIOS CON NOSOTROS


DIOS CON NOSOTROS
2 Crónicas 7:1-3

  “Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre”

La Presencia del Señor se debe a la consagración del Templo edificado por Salomón, pero ideado por su padre David.
Este es el día más glorioso de toda la historia humana de Israel, pues es un suceso en tiempos de paz, en tiempos de abundancia, en tiempos de fortaleza, en tiempos de un gran reinado con un sabio rey, y una gran economía y sin enemigos potenciales que pudieran asustarles… Estaban unidos, estaban contentos, estaban llenos de gozo porque estaban en plena comunión con Dios. Dios estaba con ellos
La gloria manifestada de Dios era mas que en los tiempos de Moisés en el monte Sinaí o en el tabernáculo, pues no tenían la tierra prometida y eran errantes en el desierto. Ahora eran dueños de la tierra y poseían un majestuoso Templo habitado por el Rey de reyes. Con total naturalidad podían decir: “Dios está con nosotros"

Este momento es el pick de la curva ascendente de una nación bendecida en manos de Abraham, Isaac y Jacob; en Moisés, Josué, Samuel y David. Su amor por Dios y sus deseos de servicio hacia él, desembocaban en este momento, donde la dedicación del templo mas sublime de la historia humana (donde un verdadero Dios habitó y mostró su gloria), hacía del momento mas glorioso y especial de Israel… Pero no sería para siempre y Salomón lo sabía.

La oración que el Rey Salomón hace, es por su pueblo, pero su sabiduría no solo lo lleva a orar y bendecir a Jehová y su gente, sino también a pedir por sus pecados que vendrían en el futuro, pues era sabido que todos eran pecadores y necesitados del arrepentimiento y de un Dios que los sepa perdonar (2 Crónicas 6:36,39)

La historia muestra que Salomón en su oración estaba en lo cierto: tiempo después el reino se dividiría; más tarde sería devastado y esclavizado y otro tiempo después, completamente destruido.
¿Qué pasó? ¿Cómo, lo que tanto costó, lo perdieron tan terriblemente? ¿Dios no estaba con ellos?

El pueblo, en ese momento solo se dedicaba a festejar la presencia de Dios y su gloria; quizás festejaban sus triunfos, la belleza del templo, su reino con sus riquezas; lógicamente era fácil estar de fiesta cuando todo se da: cosecha, comida, trabajo, economía, paz, ocio. (2 Crónicas 7:8-10)… En ese momento, Dios estaba con ellos.

Salomón sabía de la tendencia del hombre al pecado, con un corazón engañoso y eso mismo, en plena dedicación, en plena fiesta, le hizo pedir a Dios por aquellos que pecarían, para que tuviera misericordia.  Sabia que el pecado podría arruinar todo lo logrado, pues el éxito de Israel solo se basaba en un hecho esencial: su total obediencia y fidelidad a Dios. No era su ejército, ni sus caballos, sino el brazo poderoso de Dios que los llevó de triunfo en triunfo, tal como cantaba su padre. (Salmos 20:7)
De hecho, era la conclusión final de Salomón en sus últimos Días (Eclesiastés 12:13)

Sin embargo, el reino no permaneció, todo se desmoronó; poco a poco fueron perdiendo estabilidad, riquezas, paz y ¡comunión!.. Y la falta de comunión y dependencia de Dios fue la única responsable de su ruina total… Es cuando la gente ya no está con Dios, aunque Dios quiera estar con nosotros.

Pero para tranquilidad de Salomón, Dios le responde al final de la fiesta, después de toda celebración, para darle la paz y la confianza. Le responde con ese glorioso pasaje que da consuelo y certeza al pecador arrepentido que, volviéndose de su mal, sabe que hay un Dios dispuesto a bendecirle con todo, si tan solo dispone su corazón al cambio (2 Crónicas 7:14-16)
Personalmente, después de esa gloriosa respuesta, creo que Salomón tuvo su sueño mas reconfortante y reparador de todos; también creo, que fueron muchas sus noches llenas de confianza en un Dios que garantizaba toda restauración. Creo que se apoderó del salmo de su padre David, cuando cantaba: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8)
Debemos tener claro que la respuesta del Señor a Salomón es condicional: El arrepentimiento debe ser genuino, debe ser con total humillación y total cambio de dirección. Por otra parte, si es todo lo contrario, la calamidad está sobre sus cabezas (2 Crónicas 7:19-22)

Nadie podía decir que Dios no lo advirtió…

Tiempo después, Dios haría una prueba que demuestra que el hombre es inclinado al pecado. Tal asunto era una prueba de que Dios quiere estar con nosotros, pero el hombre no con él. Primero lo señaló con uno de sus profetas 700 años antes (Isaías 7:14)

Ese anuncio se concretaría en la persona de Jesucristo, el Emanuel de la profecía, precisamente porque Cristo ES DIOS CON NOSOTROS (Mateo 1:23)
Emanuel es un nombre que se refiere a su carácter y propósito: habitó con nosotros, como nosotros, por nosotros, para vivir y edificar con nosotros (la iglesia) y morir y resucitar por nosotros.
Y siendo Dios con nosotros, la gente le dio la espalda y lo crucificó; he ahí la prueba del Señor: nuestro pecado arruina nuestra única garantía de verdadero éxito que es Jehová.

Pero también hay otra lección, muy preciosa y alentadora: que si nos humillamos, el nos promete el perdón y la restauración.
Ese “Dios con nosotros” es el motivo de la celebración en navidad. Creo que el mejor regalo de nuestra parte es nuestra humillación, buscando su rostro y convirtiéndonos de nuestros caminos. Nada de obsequios materiales, sacrificios y holocaustos, porque Dios nos quiere a nosotros, nuestro corazón, nuestra gloria… He ahí el mejor regalo que hombre alguno puede poner a los pies de el todopoderoso Dios, el EMANUEL.

He ahí la mejor fiesta…

Así estará Dios con nosotros y nosotros con Dios para siempre.

Dios nos bendiga

Pastor Marcelo Valdés

viernes, 28 de diciembre de 2018

LA NECESARIA ABUNDANCIA PARA ESTE 2019


LA NECESARIA ABUNDANCIA PARA ESTE 2019
Texto completo: 1 Tesalonicenses 4:1-8

“Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, ASÍ ABUNDÉIS MÁS Y MÁS” (1 Tesalonicenses 4:1)

Este nuevo año todos esperamos prosperidad, trabajo, éxito, paz, y luchamos y nos esforzamos por abundar más y más en todo, al punto que, aún siendo cristianos, nos olvidamos de abundar en algo esencial y que agrada mucho a Dios: ABUNDAR EN SANTIDAD. En ese contexto se expresa el apóstol Pablo a los hermanos de Tesalónica.

Tesalónica era una ciudad portuaria y comercial de Grecia, llegó a ser la capital de Macedonia y las costumbres griegas y romanas con sus dioses y excesos eran comunes. No era raro que el apóstol les recordara lo que les enseño por tres semanas sobre la santidad y la transformación que hay en Cristo (1:5-6), pues el testimonio de los hermanos fue famoso aun mas allá de sus límites (1:7-8). Fue sin duda, un ministerio de los mas exitosos en tan corto tiempo (Hechos 17:1-4). En esta parte de su carta les insiste en la Santidad de Dios: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (4:3), pues la disipación, desenfreno y licencias de todo tipo eran pan de cada día. Las mas comunes eran la promiscuidad y aún la prostitución de sacerdotisas de dioses paganos con prominentes hombres de la ciudad que no dudaban de involucrar a las esposas en esos “servicios sexuales y religiosos”; era entonces, esencial recalcar la separación de esas “normas” fornicarias y lascivas. En la importancia y protección que Dios da al matrimonio, Pablo les dice “que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios” (4.4-5)… Permítame un paréntesis: ¡Que hermoso es nuestro Señor! Y que seguridad brinda un matrimonio cristiano a las mujeres, pues son tratadas con SANTIDAD Y HONOR ¡Gracias Dios!.. Luego el apóstol les recuerda sobre su relación con los hermanos “que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado” (4:6), dejando a Dios los juicios contra las injusticias y no en nuestras manos. Los hermanos de Tesalónica, que vivieron en un ambiente hostil al Evangelio (Hechos 17:5-9), con normas aberrantes a Dios, en un mundo idolatra por naturaleza, supieron luchar contra las pecaminosidades que el entorno les imponía, por puro afecto y amor al Salvador de sus vidas, Jesucristo. El versículo que sigue “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (4:7) era una verdad transformadora, renovadora, santificadora, en la que ellos creyeron firmemente. Supieron lo que era inmundicia, se apartaron y practicaron la limpieza en sus vidas.

Este tremendo ejemplo nos sirve para tener claro sobre la necesidad mas imperiosa en la que debemos abundar este nuevo año que se acerca: La santidad. ¿Hemos pensado en esforzarnos en ello? ¿En anhelarlo y luchar por ello? ¿En presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios?... Estamos en un mundo perverso, ateo, idolatra y excesivamente sexualizado, con practicas aberrantes a Dios que se normalizan cada día más. La iglesia del Señor está llamada a marcar la diferencia, pues no somos de este mundo y Dios nos llama “NACIÓN SANTA”. Entonces, ¿No seria bueno, imperioso, urgente, necesario, presentarnos al comienzo de este nuevo año con la meta de nuestra santificación? No solo una meta ministerial propia del Pastor o el líder, sino una meta personal, familiar y congregacional. Mas que cosas materiales o éxitos laborales o estudiantiles ¿No debemos fijarnos metas espirituales? Que mas espiritual que la SANTIDAD, pues DIOS NOS LLAMA A SER SANTOS PORQUE ÉL ES SANTO (1 Pedro 1:16). Eso agrada a Dios, más que nuestras conquistas temporales. “Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo” (4:8)
Que la iglesia, en un mundo decadente, sea Santa y sin mancha.
Feliz Año Nuevo para todos, les amo y deseo lo mejor... ¿Que mejor que la santidad en mi vida? Un abrazo
Pastor Marcelo Valdés

sábado, 6 de enero de 2018

Manifiesto espiritual 2018


Manifiesto Espiritual 2018

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1Pedro 5:10)

Quiero que este año, en un deseo profundo para todos mis amados hermanos, sea de verdadero CRECIMIENTO. Desear la madurez, es desear verlos libres al servicio del Señor, sin dependencia más que del Espíritu Santo.
CRECIMIENTO es desearles que nadie los empuje hacia un amor y dependencia del Señor, sino que ya maduros, pueda atender como adultos a los asuntos del Padre de los cielos, cumpliendo deberes y responsabilidades sin ser disuadidos por medio de la reprensión Bíblica, sino que por puro afecto, amor y agradecimiento. CRECIMIENTO es desearles la madurez para ustedes empujar a otros a Cristo y gozarse en observar el crecimiento ajeno.
CRECIMIENTO es desear, que a pesar de los sufrimientos, sean “perfeccionados, afirmados, fortalecidos y establecidos”. “Después que hayáis padecido por un poco de tiempo”, deseo que este sufrimiento sean el crisol o el fragüe que forja una vida dependiente de Dios. Para llegar a la perfección se necesita fuego a nuestras vidas. Como decía Spurgeon, “el roble no sería Roble si no fuera probado constantemente por vientos y lluvias. Sus raíces no llegarían a ser tan profundas si no hubiese sido golpeado por hostiles climas. Su madera no sería tan noble y firme sino hubiese sido curtido por la prueba y la adversidad”… Al final todos quieren, admiran y necesitan un roble.
Los padecimientos están anunciados, no nos son ajenos. Vienen de diversas formas e inesperadas. Llegan y nos sorprenden y algunas quedan como aguijón… “Y también, los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.” (2 Timoteo 3:12).
Pero ¿Cómo valoraríamos el consuelo si no hay sufrimientos? Sería extraño a nosotros y más aún palabras bellas y amables como apoyo, ayuda, sustento, bálsamo, alivio, etc; porque cuando no se conoce el dolor no se sabe de bienestar y sosiego. Como cuando no se sabe del juicio por el pecado, se ignora sobre la salvación y el Salvador.
Mi declaración de intención es verlos CRECER, madurar, y ayudarlos en lo más que pueda, eso mismo me hará crecer también. Avanzando hacia la meta, que es Cristo, pero con menos peso por el pecado, menos heridas y menos dañados por una vida lejos de Dios; con más santidad, inundados de fe, fuerza en el dolor y humildes en la bendición. Más tranquilos, esperanzados, sosegados y templados ante la tribulación. Llenos de cordura y razón, pero locos por presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
¿Cómo lograrlo? De la mano del Dios de toda gracia.
Bendiciones
Pastor Marcelo Valdés.