viernes, 28 de diciembre de 2018

LA NECESARIA ABUNDANCIA PARA ESTE 2019


LA NECESARIA ABUNDANCIA PARA ESTE 2019
Texto completo: 1 Tesalonicenses 4:1-8

“Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, ASÍ ABUNDÉIS MÁS Y MÁS” (1 Tesalonicenses 4:1)

Este nuevo año todos esperamos prosperidad, trabajo, éxito, paz, y luchamos y nos esforzamos por abundar más y más en todo, al punto que, aún siendo cristianos, nos olvidamos de abundar en algo esencial y que agrada mucho a Dios: ABUNDAR EN SANTIDAD. En ese contexto se expresa el apóstol Pablo a los hermanos de Tesalónica.

Tesalónica era una ciudad portuaria y comercial de Grecia, llegó a ser la capital de Macedonia y las costumbres griegas y romanas con sus dioses y excesos eran comunes. No era raro que el apóstol les recordara lo que les enseño por tres semanas sobre la santidad y la transformación que hay en Cristo (1:5-6), pues el testimonio de los hermanos fue famoso aun mas allá de sus límites (1:7-8). Fue sin duda, un ministerio de los mas exitosos en tan corto tiempo (Hechos 17:1-4). En esta parte de su carta les insiste en la Santidad de Dios: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (4:3), pues la disipación, desenfreno y licencias de todo tipo eran pan de cada día. Las mas comunes eran la promiscuidad y aún la prostitución de sacerdotisas de dioses paganos con prominentes hombres de la ciudad que no dudaban de involucrar a las esposas en esos “servicios sexuales y religiosos”; era entonces, esencial recalcar la separación de esas “normas” fornicarias y lascivas. En la importancia y protección que Dios da al matrimonio, Pablo les dice “que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios” (4.4-5)… Permítame un paréntesis: ¡Que hermoso es nuestro Señor! Y que seguridad brinda un matrimonio cristiano a las mujeres, pues son tratadas con SANTIDAD Y HONOR ¡Gracias Dios!.. Luego el apóstol les recuerda sobre su relación con los hermanos “que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado” (4:6), dejando a Dios los juicios contra las injusticias y no en nuestras manos. Los hermanos de Tesalónica, que vivieron en un ambiente hostil al Evangelio (Hechos 17:5-9), con normas aberrantes a Dios, en un mundo idolatra por naturaleza, supieron luchar contra las pecaminosidades que el entorno les imponía, por puro afecto y amor al Salvador de sus vidas, Jesucristo. El versículo que sigue “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (4:7) era una verdad transformadora, renovadora, santificadora, en la que ellos creyeron firmemente. Supieron lo que era inmundicia, se apartaron y practicaron la limpieza en sus vidas.

Este tremendo ejemplo nos sirve para tener claro sobre la necesidad mas imperiosa en la que debemos abundar este nuevo año que se acerca: La santidad. ¿Hemos pensado en esforzarnos en ello? ¿En anhelarlo y luchar por ello? ¿En presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios?... Estamos en un mundo perverso, ateo, idolatra y excesivamente sexualizado, con practicas aberrantes a Dios que se normalizan cada día más. La iglesia del Señor está llamada a marcar la diferencia, pues no somos de este mundo y Dios nos llama “NACIÓN SANTA”. Entonces, ¿No seria bueno, imperioso, urgente, necesario, presentarnos al comienzo de este nuevo año con la meta de nuestra santificación? No solo una meta ministerial propia del Pastor o el líder, sino una meta personal, familiar y congregacional. Mas que cosas materiales o éxitos laborales o estudiantiles ¿No debemos fijarnos metas espirituales? Que mas espiritual que la SANTIDAD, pues DIOS NOS LLAMA A SER SANTOS PORQUE ÉL ES SANTO (1 Pedro 1:16). Eso agrada a Dios, más que nuestras conquistas temporales. “Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo” (4:8)
Que la iglesia, en un mundo decadente, sea Santa y sin mancha.
Feliz Año Nuevo para todos, les amo y deseo lo mejor... ¿Que mejor que la santidad en mi vida? Un abrazo
Pastor Marcelo Valdés