martes, 22 de marzo de 2011

Hades Versus Iglesia



Hades versus iglesia

Cristo fundo la Iglesia. Y su gran institución viene con un seguro de garantía: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18), lo que significa que aquellos que han pertenecido, pertenecen y pertenecerán, pueden estar convencidos que la promesa no será rota y pueden estar seguros dentro del cuerpo de Cristo. La iglesia sana y pura a prevalecido en el tiempo, desde su fundación hasta hoy, resistiendo los ataques del maligno y lo estará hasta que el venga, pues es su juramento y Dios no es hombre para mentir. Una promesa para la iglesia en todos lados, en todas las edades.
Pero ¿Cuántas veces hemos visto sucumbir iglesias locales? ¿Cuántas se han destruido, dividido, estropeado? ¿Cuántas han sido más propagadoras de la maldad por sus malos testimonios, dejando un halito repulsivo para inconversos que les hace alejarse de lo que Cristo fundó? ¡Pareciera que las puertas del Hades si han prevalecido contra ellas!
¿Pero acaso Dios no lo había advertido antes? Para hacer uso del seguro de garantía en nuestra iglesia local, debemos seguir los pasos que Cristo propuso al fundar la iglesia: ¡que él sea la Roca! Y solamente él. En Apocalipsis se le advierte a la iglesia de Pergamo sobre aquellos que retienen la doctrina de Balaam y la de los Nicolaitas, las cual él aborrece; doctrinas perversas y permisivas y muy recurrentes hoy en día. Cuando los hijos de Dios dejan de ser guardianes del cuerpo de Cristo, invalidan la garantía de protección contra las puertas del Hades, contra lo infernal y maligno. A veces se convierten en un mismo infierno para muchos; el lugar que debía ser de bendición, viene a ser una calamidad ¿Qué pasó? ¡Los guardianes bajaron la guardia! Ya sean los pastores, los líderes o los mismos hermanos los responsables, al final todo el cuerpo termina dolido y otras veces, mas que dolido, destruido. La permisividad es el punto de partida al decaimiento espiritual. Es el portal a lo destructivo, demoniaco e infernal. Y así se destruyen iglesias locales.
Entonces, ¿queda invalidada la promesa de Cristo? ¡De ninguna manera! Si bien es triste ver caer iglesias, siguen siendo iglesias locales, en lugares puntuales; la iglesia compuesta por todos los cristianos salvos por fe en Jesucristo, sigue adelante. Incluso de las obras intervenidas por Satanás, queda un remanente; Algunos se reagrupan, otros se reúnen en otro lugar, otros comienzan a levantar algo nuevo, pero queda intacta la promesa de Dios de que las puertas del Hades nunca prevalecieron, si bien fueron y pasaron por momentos diabólicos. Y siempre el remanente siente la protección de Dios y luego su bendición.
No bajes la guardia, no dejes que tu iglesia se inunde de doctrinas ajenas a Dios, de convicciones equivocadas, de Balaanes y Nicolaitas, se guardián de lo puro hasta el final, como un verdadero soldado de Cristo ¡hasta que el Señor venga!

Pastor Marcelo Valdés