martes, 26 de agosto de 2008

Vivir y Morir por Nada


Vivir y morir por nada (relato)

Había una mujer que nació de una familia pobre y sufrió la escasez toda su niñez; creció bajo el látigo de su madre llena de resentimiento y de un padre borracho que abuzó no solo de su virtud, también de su voluntad. Nunca deslumbró por su belleza, al contrario, era el escarnio de sus compañeros de colegio, lo que provocó en ella el aislamiento y un hermetismo que casi nadie podía romper. Pero en su juventud conoció el amor de un joven que le enseño a vivir mejor la vida, una vida de excesos que disfruto hasta darse cuenta de su embarazo y recibir los golpes de sus padres que la terminan echando de la casa. Peor aún, del padre de la criatura no hubo luces, desapareció como las pocas cosas buenas en su vida. Tuvo que vivir en una hacienda donde criaban Jabalíes y tuvo al hijo en la rancha, casi asistida por los marranos. Luego conoció a otro hombre por el que nunca sintió amor alguno, pero este le dio un techo y abrigo, razón suficiente para aceptarlo. Que importaba que el individuo se emborrachara, que la golpeara o abusara de ella, mas importante era el sustento que el llevaba y alimentar así a sus hijos, porque le habían nacido tres mas, casi en las mismas circunstancias que el primero. Un día un hijo le pregunto si era feliz y solo respondió: “tengo techo, abrigo y a ustedes ¿Qué más podría pedir?” Derechamente no conocía la felicidad, pero ¿Qué importa? Había logrado sobrevivir y tal vez ese era un buen motivo. Envejeció viendo a sus hijos perderse en el alcohol y criando a sus nietos que también seguirían el claro ejemplo de sus padres. Por ahí conoció a su vecina con la que charlaba solo en ocasiones, no por su mala voluntad, pues siempre estaba bien dispuesta, sino por lo rara que era, pues hablaba distinto, no se servia tragos como ella y asistía a la iglesia protestante del lugar. De hecho un día la vecina le invito a asistir (después de una larga charla sobre la importancia de acercarse a Jesucristo y reconocerlo en su corazón), pero ella, fiel a San Sebastián, no quiso traicionar los votos que le había ofrecido. Había cosas mas importantes que juntarse con una canuta, pensaba ella. Ya viuda y sin pensión, fue a buscar leña para calentar al único nieto que quedaba con ella, no porque fuera fiel a su abuela, sino porque el síndrome de Dawn nunca le dejo partir. En esos menesteres estaba cuando la pilló el viento cordillerano y le robó el equilibrio, cayendo por un barranco de gran altura, sin la capacidad de salir, pues no volvió a sentir las piernas, quedando a expensas del frío y la nieve que la cubrieron, como un mantel blanco. Solo logró pensar “Vaya forma de morir, jamás me vestí de blanco y me envuelven en sabanas; por fin descansare”; dejó escapar una sonrisa y partió de este mundo esperando el relajo de su alma. Esta es una triste historia de la vida, pero se tornará mas triste aún cuando esta mujer despierte para darse cuenta que su real sufrimiento comienza cuando muchos creen que reposarán, porque muchos viven y mueren por nada.
M.V.


Vivir y morir por nada

(Sermon)
(Mateo 4:4)



Satanás, el tentador quería que Cristo comiese. Y en lugar de saciar su hambre, el Señor cita las escrituras en el momento mas apropiado (Deuteronomio 8:3).

Es necesario que aprendamos 3 cosas de Cristo:

1- La vida tiene propósitos más elevados que el mero hecho de existir.
a- Los hombres de hoy viven para sí y sus deseos son contrarios a los de Dios (Juan 8:44) (Judas 1:17-18)
b- Hacen grandes sus deseos y los llenan de propósitos y viven y mueren por ellos, pero solo le dan a su propia carne, al mundo y al Diablo. (1Pedro 2:11, 16-17)
c- Los propósitos de los hombres, sin gustar el bien de Dios, es nada. (Eclesiastés 6:1-2, 3-6)

2- El morir no es el final del ser
a- Pero muchos creen que la vida es una sola y tratan de “vivirla” (y ojala nunca perderla), de acuerdo a los dictámenes de los hombres. (Mateo 16:25-26)
b- Tener el propósito de vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios” es con una finalidad eternal. (Lucas 10:25-28)

3- Vivir y morir por Cristo, que para el mundo es nada, lo es todo.
a- “No solo de pan vivirá el hombre”, el buen pan es Cristo (Lucas 6:51)
b- vivir por Cristo y morir por Cristo nos asegura la vida (Juan 11:25-26)
c- Un verdadero Cristiano jamás vive para sí, porque del Señor somos (Romanos 14:7-8)

Pastor Marcelo Valdés
IBB del sur, Loncoche

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