domingo, 27 de abril de 2014

Jehová es Paz, la Paz de tu Hogar

Jehová es Paz, la Paz de tu Hogar
(Jueces 6:1-40)

Gedeón le dedico un altar a Dios llamándole “Jehová es paz”, reconociendo que solo en él llegaría la anhelada tranquilidad perdida por manos de los Madianitas.
El titulo de “paz” es coherente con el resto de la Biblia, que repetidas veces llama a nuestro Dios como “el Dios de paz” (Romanos 15:33, 16:20, 1 Corintios 14:33, 2 Corintios 13:11, Filipenses 4:7, 4:9, 1 Tesalonicenses 5.23, Hebreos 13:20).
El mundo fue creado en paz. El hombre, en los comienzos, vivió en paz. En el cielo, antes de la rebelión de Satanás y sus demonios, había paz. Todo comenzó con Dios, y todo estaba lleno de su paz. Su paz traía armonía al ecosistema, al hombre, al matrimonio, a la vida. También hoy puede traer armonía, tranquilidad, serenidad y buena vida a quienes crean en él.
Gedeón entendía que solo Dios podía traer la paz a su pueblo. Y un pueblo olvidado de Dios solo podía cosechar miserias y problemas al ponerse en contra de quien les dio la tierra. Dura cosa es “dar coses contra el aguijón” (Hechos 9:5).
Pero esto no llegaría así como así. Había un requisito primordial para contar con su protección: destruir los altares de Baal y Asera (25) y reedificar el altar de Dios (26).
Hoy el mundo está en la misma situación que el pueblo de Gedeón: Olvidado de él. Nadie podría decir que este es un mundo lleno de amor y paz. Es un anhelo, porque paz es lo que menos hay. La seguridad es escasa, las miserias las viven ¾ de la población mundial. Muertes, guerras, robos, violaciones, peleas, son pan de cada día. Lo vemos en las noticias, nos enteramos en internet.
Desde tiempos de Adán que el pecado entró y trajo consigo todas estas penas.  “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12)… si somos sinceros, la antesala de la muerte está lleno de tristes situaciones antes de partir…  Y a una condenación eterna ¡Que calamidad!.. ¿Por qué? Porque el mundo se ha olvidado de Dios y ha creado sus propios dioses, levantando sus propios altares, para hacer de sus vidas lo que hacían los israelitas en tiempos de Gedeón (6:1). El versículo central del libro de los Jueces dice “cada uno hacia lo que bien le parecía” (21:25), una frase que calza perfectamente con esta época.
La única forma de gozar de la paz de Dios es derribando los altares que hayamos levantado y reedificar el altar que Dios siempre se ha merecido. Al igual que Gedeón, quien no podría llevar a cabo la tarea de librar a su pueblo si no derribaba los altares ¡de su propio padre!, debía proceder y perseverar a pesar de las consecuencias (30). ¡Cristo nos dice lo mismo! (Mateo 10:34).
Muchos, por la comodidad de sus vidas, no quieren derribar el altar que sus padres han levantado. Otros, por el temor de una división, se “dividen” de Cristo (Mateo 10:33). La paz solo llegará en los términos de Dios, pues sobradamente está demostrado que NUNCA LOS HOMBRES, POR SI MISMO, HAN SIDO PRODUCTORES DE PAZ.
Es mejor estar divididos con el mundo que con Cristo
Es mejor estar en paz con el autor de la vida que con los destructores de ella
Es mejor Jehová-Salom que pelea por tu paz, que Baales que no se pueden defender a si mismo (31)
Gedeón llevó a su pueblo a la victoria, desde que la paz de Dios comenzó en su propia vida, luego en la de su familia, luego en su nación. Tal como Dios le llamo “esforzado y valiente” (12), tal debemos ser nosotros para promover la paz de Dios en nuestras familias. Esforzados en proclamarle, valientes ante la oposición.
Versículo final 14: “Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Querido hermano: ve, con esta tu fuerza (Dios), y salvaras a tu familia… ¿No te envía el Dios que has venido a adorar?

Bendiciones.

Pastor Marcelo Valdés