sábado, 4 de octubre de 2014

¡Cobardes no son de Dios!

¡Cobardes no son de Dios!

“Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo”
Deuteronomio 20:8

“Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez
William Shakespeare

El olvido es el premio del cobarde
Carece de odas y monumentos
Pero una cosa es cierta:
A quien abraza, lo gana para sí
M.V.

Cobardía: Que siente miedo ante situaciones difíciles o muestra falta de valor para emprender acciones peligrosas o que conllevan cierto riesgo. Que perjudica o hace daño de forma encubierta por carecer de valor.

Hoy la cobardía está de moda, pero con otro nombre: comodidad.
Son los cómodos los que no arriesgan, igual que un cobarde; son los cómodos quienes no enfrentan, los que se esconden en sus cómodas casas con cómodos sillones donde los únicos desafíos son sus programas en Discovery Chanel. Son los que reclaman, juzgan y despotrican, pero a las espaldas de los demás, dejando a otros la tarea desafiante para no salir de sus cómodas vidas y estar bien con todos. Le temen a los desafíos, las dificultades, los peligros; incluso sus cómodas habitaciones podrían no ser más que fonolas adornadas de hogar, cajas de tomates vestidas de sillas, camas pegadas al suelo de tierra y despensas llenas de hambre y necesidad por ocultarse en la palabra comodidad, cuando fue simple cobardía, el miedo de enfrentar los riesgos que podían llevarle a una vida mejor. Muchos cómodos son simples cobardes, y muchos cobardes quieren dar una apariencia de apacibles vidas adoptando la comodidad como el legítimo derecho de uno que no enfrenta nada.
¿Cuántos cobardes prefirieron hundirse en el vicio por no tener el valor para limpiarse de eso?
¿Cuántos cobardes prefirieron terminar sus relaciones con esposas, hijos, Padres o amigos por no tener la osadía de pedir perdón o perdonar?
¿Cuántos cobardes fueron consumidos por el orgullo malsano, dando apariencias de intransigencia viril, cuando no es más que temor a reconocer  su error?
¿Cuántas mujeres aceptaron abusos tras abusos, de ellas y de sus hijos, hipotecando la felicidad por temor a no sacrificar la comodidad de la provisión o la simple compañía carnal?
¿Cuántos cobardes han abrazado el fuego eterno por no tener el valor de reconocer a Cristo como el Dios de sus vidas, pero reconociéndolo como el símbolo de su religión?

Bueno, la cobardía puede ser un derecho en esta vida, pero no en la otra.
La Palabra de Dios dice:
“Los cobardes e incrédulos;.. Tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” Apocalipsis 20:8

Los cobardes son incrédulos y los incrédulos se convierten en cobardes. 
No creen que con Dios puedan.
No creen que Dios todo lo pueda.
No creen en sí mismo y no se atreven a cruzar el umbral de las puertas que Dios abre.

No estoy tan seguro si al cobarde lo detiene la incredulidad o al incrédulo la cobardía; pero la combinación de ambas, son letales para el alma.
Ellos, no tienen heredad en el reino de los cielos. No hay una parte reservada en la Jerusalén celestial para quienes no tuvieron el valor de saber que hay un Dios, de vivir, defender y morir por Dios.
Es cierto que ciertos temores no nos mandan al fuego eterno. Puedo temer a una persona, a la naturaleza (viento, terremotos), a volar o navegar, a ciertos bichos o a la simple oscuridad. Pero una cosa es cierta: LA COBARDIA SIEMPRE TE PRIVA DE ALGO… Y los que decidieron desestimar al bendito Dios de los cielos, por simple cobardía e incredulidad, será privado de lo más valioso que valiente hombre pueda tener como premio: VIDA ETERNA CON EL REY DE REYES.

Mientras los valientes gladiadores buscaban el favor del rey, los valientes hijos de Dios buscan el favor de Dios; ¿y que buscan los cobardes? Solo el anonimato y la oscuridad, donde nadie los vea ni los moleste, escondiéndose en sus cuevas.

¿Estamos libres, los hijos de Dios de la cobardía? Bueno, así como cualquier pecado está al “acecho”, este no es diferente y a veces solemos acobardarnos.

¿Qué hacemos cuando nos acobardamos? Nos escondemos en cuevas (1 Reyes 19:1-4, 9-13)

Pero como hijos de un Dios todopoderoso, valiente y temible, despertamos a sus amonestaciones, remesones o sacudidas. Nos despojamos de todo temor, se esfuma la cobardía y salimos adelante, en su nombre… ¿Por qué? Porque somos transformados en lo que él es Y ÉL NO ES COBARDE, NO NOS A DADO ESPIRITU DE COBARDIA (2 Timoteo 1:7) Y NO PUEDE ACOBARDARSE ANTE NADIE, PORQUE ES DUEÑO DE TODO.

“No nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder…

De poder enfrentar los miedos
De poder decirle no al mundo
De poder salir adelantes con Dios
De poder perdonar y pedir perdón
De poder reconocer mis faltas ante Dios y los hombres
De poder resistir la tentación
De poder predicar a Cristo y su mensaje
De poder dejar la comodidad que no es más que cobardía encubierta.

¿Tienes ese poder? Si es así, entonces puedes declarar a viva voz “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”

Bendiciones
Pastor Marcelo Valdés