martes, 10 de agosto de 2010

Mas allá del compromiso


Mirando al cielo 79

Más allá del Compromiso

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7)

Para gozar de esta bendita promesa debemos ir más allá del compromiso. Sabemos que el compromiso es bueno pues la persona que se compromete con Cristo tiene el deseo de obedecer a Dios y su Palabra. Sin embargo esto tiene un pero en el plano espiritual, y es ese “pero” lo que diferencia a una gran iglesia viva de una iglesia mediocre. Porque en realidad Dios quiere más que nuestro compromiso, quiere más que nuestro control, quiere todo de nosotros. ¿Eso quiere decir que comprometerse no es bueno? En el plano espiritual NO ES SUFICIENTE; porque lo que realmente Dios quiere de nosotros es que nos RINDAMOS a él, que es mucho más que comprometerse; veamos por qué.
El compromiso es la obligación contraída por medio de acuerdo, promesa o contrato. El RENDIRSE es entregarse y someterse al enemigo o al dominio de otro. El compromiso tiene que ver con lo que yo quiera comprometerme, con lo que sienta que puedo hacer. Con el compromiso YO TENGO EL CONTROL DE MI VIDA. El compromiso es de mutuo consentimiento, o sea tiene que ver con lo que yo puedo hacer, con lo que puedo lograr. El rendirse es entregarse completamente al dominio del otro PARA QUE ÉL TENGA CONTROL TOTAL DE UNO. Los que se rinden es porque son vencidos, porque no tienen más argumentos para seguir luchando y porque consideran el carácter más fuerte del oponente. ¿Va notando la diferencia? Comprometerse es bueno en cuanto a las cosas humanas y son los compromisos los que sellan acuerdos, contratos y promesas; es algo de mutuo acuerdo. Pero para recibir las bendiciones de Dios, ¡hay que rendirse a él! Solamente rendidos a Cristo, recibiremos sus promesas.
Muchos solo se comprometen en sus propias fuerzas, lo hacen cuando pueden, quieren y tienen tiempo; generalmente no se comprometen en lo que creen que no podrán lograr; eso hace una iglesia mediocre. En cambio en una iglesia viva están los que se rinden a Dios porque ellos no lo cuestionan, no le dan ideas y no luchan contra él; hacen de todo porque su Señor se los pide y ellos están rendidos a él. Los compromisos se olvidan, se quiebran o simplemente no se cumplen, en cambio los rendidos están obligados a hacer la voluntad de su Señor pues él se las recuerda siempre.
“si permanecemos” rendidos a Cristo y su palabra (lea nuevamente el versículo), Dios nos concederá nuestras peticiones más sublimes y espirituales y nos dará todo lo necesario. Un buen padre como Dios no desestima la petición de un hijo obediente. Simplemente responde ante las demandas necesarias de los rendidos a él. Tal vez nos hallamos preguntado alguna vez porque no son respondidas nuestra peticiones si somos seres comprometidos con la causa del Señor. Ahora tenemos la respuesta; no nos queda más que RENDIRNOS A DIOS. Bendiciones.

Pastor Marcelo Valdés